Paleolítico en Porcuna

Paleolítico
(ca. 700.000-8000 desde el presente)


   El territorio actual de Porcuna conserva los testimonios más antiguos, conocidos hasta la fecha, de la presencia humana en el Paleolítico Medio, periodo comprendido aproximadamente entre hace 150.000 y 30.000 años desde el presente. Especialmente restos de útiles líticos (cuchillos, puntas...) con técnica Levallois adscribible al modo de producción Musteriense, abandonados en su proceso de talla o tras su uso en las terrazas del curso medio del Río Salado de Porcuna.

   No obstante se conoce en el territorio del valle del Salado la presencia de materiales líticos de comunidades más antiguas, bifaces y lascas talladas, adscribibles al Paleolítico Inferior, a partir de 700.000 a.n.e, en la cabecera del río en torno a Martos y en la desembocadura en Villa del Río y Lopera, en las terrazas del Guadalquivir, por lo que parece lógico que la vía de comunicación, el valle del Salado, fuera también frecuentado por estas comunidades humanas. 

En el Paleolítico Superior estas bandas nómadas de cazadores-recolectores del Pleistoceno Superior que estarían recogiendo los recursos de este valle, y del entorno del lago de Pezcolar entre el 20.000 y 14.000 desde el presente, se establecen en un campamento estacional de larga duración en su ocupación, el yacimiento denominado “Peña de la Grieta”, también en este periodo se multiplica la presencia de materiales antrópicos en toda la zona. Este yacimiento de la Peña de la Grieta fue sondeado por el Proyecto “Porcuna” de Arqueología en 1991, con unos resultados sorprendentes, dada la poca cantidad y calidad de este tipo de yacimientos en el sur peninsular. Su habitación humana, con miles de restos de industrias líticas, carbones, huesos, hogares... se centra en los periodos Solutrense Superior y Solutreogravetiense, destacando las magníficas herramientas de sílex foliáceas tipo “hoja de laurel” o las puntas del flecha tipo “Parpalló”.

   Durante toda la Prehistoria Antigua, con matices, cambios y evoluciones, los seres humanos que frecuentaron el territorio de Porcuna fueron bandas nómadas, con una organización igualitaria de familias extensas con jerarquías personales, dedicadas a la caza, el carroñeo y la recolección de frutos y materias primas. El territorio abarcado en sus movimientos o el contacto con otros grupos está demostrado en la aparición de materiales de origen lejano, como los sílex de las Sierras Subbéticas.

   Este yacimiento y los de las cercanías del Valle del Vélez y el Arroyo Obrero continuarán su ocupación hasta el Neolítico Final.